6 conceptos erróneos sobre el estrés laboral
El estrés laboral es una parte habitual de la vida profesional. Puede surgir por diversos motivos, ya sea que te guste tu trabajo o que te resulte un desafío. Sin embargo, ciertos conceptos erróneos sobre el estrés suelen hacer que las personas ignoren o malinterpreten su verdadero impacto.
- “El estrés laboral es normal, es parte del trabajo”.
Si bien el estrés ocasional es común, el estrés crónico relacionado con el trabajo no debe aceptarse como algo normal. El estrés prolongado puede provocar agotamiento, disminución de la productividad y problemas importantes de salud mental y física. Aceptar el estrés como una parte “normal” del trabajo puede impedir que las personas busquen ayuda o realicen los cambios necesarios en su entorno y su forma de trabajar. La felicidad es normal, no el estrés. - “Si amo mi trabajo no debería sentirme estresado”.
Existe la idea errónea de que solo las personas a las que no les gusta su trabajo o se encuentran en entornos laborales difíciles experimentan estrés. Sin embargo, incluso las personas a las que les apasiona su trabajo pueden experimentar altos niveles de estrés, en particular si se sienten sobrecargadas o se enfrentan a exigencias y expectativas poco realistas de sí mismas. La pasión y el estrés no son mutuamente excluyentes: las personas pueden amar lo que hacen, pero aun así sentirse abrumadas por sus responsabilidades. - “El estrés laboral sólo afecta a la salud mental”.
El estrés suele asociarse únicamente a síntomas psicológicos, como ansiedad o irritabilidad, pero también tiene profundos efectos físicos. El estrés relacionado con el trabajo puede provocar síntomas físicos como dolores de cabeza, tensión muscular, problemas digestivos, trastornos del sueño y un sistema inmunológico debilitado. - “El estrés significa que no estoy afrontando bien las situaciones o que soy débil”.
Muchas personas ven el estrés como un fracaso o una debilidad personal, lo que puede generar vergüenza y reticencia a buscar ayuda. En realidad, el estrés es una respuesta natural a las exigencias abrumadoras y no refleja debilidad. Reconocer el estrés como una señal de que se necesitan cambios, ya sea en el entorno laboral o en la forma de gestionar las responsabilidades, es un enfoque saludable y proactivo. Nunca olvides que la ansiedad es la sombra de la inteligencia. Y la ansiedad y el estrés van de la mano. - “Tomarme un tiempo libre resolverá mi estrés”.
Si bien las vacaciones y el tiempo libre pueden aliviar temporalmente el estrés, y son realmente importantes, no abordan las causas subyacentes del estrés relacionado con el trabajo. Si la fuente del estrés (como un entorno laboral tóxico, plazos poco realistas o falta de apoyo) no cambia, es probable que el estrés regrese. Las soluciones sostenibles a menudo requieren cambios en la estructura del lugar de trabajo o en las estrategias de afrontamiento individuales.
- “El estrés sólo ocurre en trabajos de alta presión”.
Cualquier trabajo puede generar estrés si el entorno laboral está mal gestionado, hay ambigüedad en los roles o hay relaciones tensas con los compañeros. Incluso los trabajos que parecen “fáciles” pueden generar estrés si la persona se siente infravalorada o atrapada en una cultura tóxica.
El estrés laboral puede afectar a personas de cualquier puesto de trabajo y es importante reconocer su impacto. Si aceptamos el estrés como una parte normal del trabajo, podemos perder la oportunidad de hacer cambios positivos. Al reconocer y abordar con delicadeza las fuentes de estrés, tanto los empleados como los empleadores pueden crear entornos de trabajo más saludables y solidarios que mejoren el bienestar de todos.