¿Qué es la resiliencia psicológica y cómo se puede practicar?
A veces dos personas reaccionan de manera diferente ante una misma situación. Por ejemplo, si un familiar termina en el hospital, algunos de sus familiares se sienten preocupados, pero creen que todo estará bien, mientras que otros quedan tan afectados por la noticia que no pueden continuar con sus actividades diarias, como ir a la escuela o trabajar. Estos dos miembros de la familia se diferencian, entre otras cosas, por su capacidad de recuperación psicológica, que se manifiesta en estas y otras situaciones estresantes de la vida similares. Las personas que son psicológicamente más resilientes mantienen su salud mental más fácilmente durante un período de vida difícil y regresan más rápidamente al estado en el que se encontraban antes de la crisis. Sin embargo, esto no significa que no experimenten, por ejemplo, preocupación por el vecino enfermo (o cualquier otra emoción desagradable), sino que las afronten de forma más saludable que las personas con una resistencia menos desarrollada.
Psicológicamente, las personas más resilientes encontrarán formas de regular sus emociones más fácilmente cuando se enfrenten a situaciones desafiantes. Por otro lado, las personas menos resilientes experimentarán con mayor frecuencia consecuencias negativas que no contribuyen a la resolución efectiva de la crisis resultante, como catastrofismo sobre los posibles resultados de la situación y falta de capacidad para regular emociones desagradables.
Cuando hablamos de resiliencia psicológica, incluimos muchas habilidades, características individuales y capacidades diferentes que una persona necesita desarrollar para aumentar la resiliencia ante situaciones desafiantes de la vida.
Hay cinco factores que determinan el nivel de resiliencia psicológica (De Terte, Becker i Stephens, 2009):
- MENTE: Flexibilidad psicológica, optimismo, confianza y autoestima.
- EMOCIONES: Experiencias emocionales y regulación emocional.
- COMPORTAMIENTO: Resolución activa de problemas, establecimiento de objetivos realistas, aprendizaje de los errores.
- CUERPO: ejercicio, descanso, sueño
- AMBIENTE: familia, comunidad, sociedad
Resiliencia psicológica en la práctica:
- Normalice los sentimientos de preocupación y ansiedad: es comprensible y normal sentir malestar, ansiedad y preocupación durante momentos estresantes. Acepte y reconozca estos sentimientos en usted mismo incluso cuando dé pasos positivos en respuesta a estas reacciones.
- Preste atención a sus pensamientos: los momentos estresantes a menudo provocan pensamientos que no son útiles. Entonces normalmente nos centramos en predicciones negativas sobre la situación actual o futura e imaginamos el peor de los casos. Estos pensamientos pueden aumentar la ansiedad con el tiempo. Se debe adoptar una perspectiva equilibrada para reducir la ansiedad y el estrés en uno mismo.
- Recuerda que eres sólo un ser humano, con tus virtudes y defectos, seres humanos que cometen errores, como todos los demás, y que son capaces de corregir sus errores.
- Involucre a usted y a su familia en actividades divertidas: las actividades divertidas nos ayudan a mejorar nuestro estado de ánimo, por lo que es muy importante que haga cosas que disfrute junto con sus hijos/pareja/amigos.
- Inicie un comportamiento útil en usted mismo: la ansiedad y la preocupación son reacciones naturales cuando nos encontramos en una situación potencialmente peligrosa. Nos trasladan a la actividad adecuada para afrontar el peligro. Preocuparnos porque no ayuda puede agotarnos. Es importante iniciar comportamientos útiles en usted mismo para aliviar el estrés.
- Participar en la resolución de problemas: aquí hay algunos pasos que son útiles para la resolución de problemas: (1) identificar el problema; nombrarlo y ser lo más específico posible sobre la naturaleza y el tamaño del problema, (2) hacer una lluvia de ideas sobre posibles soluciones, (3) elegir la solución que sea más óptima en ese momento, (4) planificar la solución elegida, (5) implementar la solución, (6) calificar el resultado.
- Cuídate: cuidarte no es egoísta; de hecho, es un paso clave para poder cuidar mejor de los demás y cumplir nuestros roles en la vida. Así que establece una hora para acostarte y despertarte, haz ejercicio, lleva una dieta equilibrada y practica comidas regulares.
- Aliviar el estrés y la tensión físicos – ejercicios de relajación – las investigaciones muestran que la respiración abdominal (respiración abdominal lenta) y los ejercicios de relajación muscular progresiva (alternancia de tensión y relajación de los músculos para reconocer y eliminar los signos de tensión física) son útiles para reducir la tensión física y relajación creciente. Aplicar estos ejercicios en la vida cotidiana puede resultar de gran utilidad. Puedes hacerlos junto con los niños. Será divertido y útil al mismo tiempo.