“Eres lo que comes”: ¿Cómo tu dieta puede afectar tu salud mental y tu estrés relacionado con el trabajo?
Lo que consumimos juega un papel crucial en nuestro bienestar mental y emocional, influyendo en nuestra capacidad para hacer frente a las exigencias del trabajo y la vida diaria. Cuando dependemos en gran medida de alimentos procesados, no sólo privamos a nuestro cuerpo de nutrientes esenciales, sino que también nos exponemos a sustancias que pueden afectar negativamente nuestra función cerebral y nuestra salud mental en general.
El desequilibrio creado por el consumo de alimentos procesados, cargados de grasas, azúcares y aditivos nocivos para la salud, puede alterar el delicado equilibrio de los neurotransmisores en el cerebro. Este desequilibrio puede provocar cambios de humor, irritabilidad y disminución de la función cognitiva, todo lo cual puede contribuir a mayores niveles de estrés y agotamiento en el lugar de trabajo. ¿Existe entonces un vínculo inseparable entre lo que comemos y cómo nos sentimos? Entonces, ¿cuáles son algunas formas de mantener una relación positiva entre esos dos? A continuación se muestran algunas tareas cotidianas sencillas que podemos realizar en este asunto:
- Dieta equilibrada: Comer alimentos ricos en nutrientes favorece la función cerebral y el manejo del estrés. Por el contrario, las dietas pobres en nutrientes pueden provocar cambios de humor, fatiga y deterioro cognitivo, lo que dificulta los mecanismos para afrontar el estrés.
- Control de azúcar en sangre: Los alimentos con alto índice glucémico provocan rápidas fluctuaciones del azúcar en sangre, lo que afecta el estado de ánimo, la energía y la concentración. Los niveles estables de azúcar en sangre son cruciales para una productividad sostenida.
- Salud intestinal: Un microbioma intestinal sano está relacionado con un mejor estado de ánimo y una mayor resistencia al estrés. Los alimentos probióticos ricos en fibra promueven el equilibrio intestinal y reducen el riesgo de problemas de salud mental relacionados con el estrés.
- Cafeína y alcohol: El consumo excesivo altera el sueño, aumenta la ansiedad y contribuye al estrés y al agotamiento. La moderación es clave para mantener el bienestar mental.
- Hidratación: Incluso una deshidratación leve afecta el estado de ánimo, la concentración y la función cognitiva. Beber suficiente agua favorece el estado de alerta y la concentración en el trabajo.
Tomar decisiones conscientes sobre lo que comemos no sólo es beneficioso para nuestra salud física sino también esencial para promover una mentalidad positiva y productiva en nuestros esfuerzos profesionales. Necesitamos priorizar los alimentos saludables y no procesados y minimizar nuestra dependencia de las opciones procesadas, lo que ayudará a respaldar nuestra salud mental y equiparnos con la resiliencia necesaria para afrontar los desafíos del lugar de trabajo moderno, poco a poco.
Los hábitos alimentarios saludables serán un tema que se abordará en nuestro próximo plan de estudios de formación StressOut.
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